Mientras
tanto, los lugañeros celebran la puesta en marcha de las obras.
Alejandro García es el nuevo pedáneo de Los Arenales, un improvisado
político que ahora ejerce de amable embajador en la pedanía. Los vecinos
le han dado la oportunidad de ser protagonista de un sueño que
persiguen desde hace casi cuatro décadas. "Me siento un privilegiado;
aún no me lo creo", reconoce con una sonrisa fácil que demuestra que el
primer regalo en estas Navidades le llegó por adelantado. Tiene 36 años y
lleva cuatro residiendo en la zona. Cualquier recuerdo de este hotel
fantasma tendrá mucho valor en el rincón de la nostalgia. El pedáneo se
guarda una bolsa de gresite que le han dado los obreros. "Son trozos de
historia, como hicieron los alemanes con el Muro de Berlín", afirma.