martes, 29 de diciembre de 2015

Mientras tanto, los lugañeros celebran la puesta en marcha de las obras. Alejandro García es el nuevo pedáneo de Los Arenales, un improvisado político que ahora ejerce de amable embajador en la pedanía. Los vecinos le han dado la oportunidad de ser protagonista de un sueño que persiguen desde hace casi cuatro décadas. "Me siento un privilegiado; aún no me lo creo", reconoce con una sonrisa fácil que demuestra que el primer regalo en estas Navidades le llegó por adelantado. Tiene 36 años y lleva cuatro residiendo en la zona. Cualquier recuerdo de este hotel fantasma tendrá mucho valor en el rincón de la nostalgia. El pedáneo se guarda una bolsa de gresite que le han dado los obreros. "Son trozos de historia, como hicieron los alemanes con el Muro de Berlín", afirma.
Hace mucho tiempo que Los Arenales del Sol dejó de ser un lugar que únicamente destacaba por sus montañas de dunas, su arena dorada, su agua cristalina y un hotel en ruinas. Ahora
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